Paul Feyerabend (Viena
1924 – Zúrich 1994) escribe en 1975 Contra
el método, una de sus obras más controvertidas e influyentes.
En esta obra Feyerabend
expone que la ciencia no posee ninguna característica que la haga
necesariamente superior a otras formas de conocimiento.
La intención de Feyerabend
es que todas las metodologías tienen sus límites, ninguna teoría concuerda
nunca con todos los hechos conocidos de su dominio.
El alto prestigio de la
ciencia es un dogma peligroso, adoptando un papel represor similar al que adoptó
el cristianismo en el siglo XVII con
instituciones como la inquisición (esto último es cosecha propia).
El corpus argumental de
Paul Feyerabend consiste en demostrar que los presuntos cambios científicos
(Galileo, Copérnico) considerados clásicos y aceptados por la comunidad
científica no se ajustan a las teorías filosóficas defendidas por estos
filósofos.
La concepción
anarquista de la ciencia de Feyerabend consiste básicamente en la capacidad de
elección del individuo, de este anarquista epistemológico (distinto al
anarquista político), entre la ciencia y otras formas de
conocimiento.
Feyerabend está en
contra de la enorme influencia que ejerce la ciencia sobre el Estado y reclama
una clara separación entre ciencia y Estado al igual que la que existe entre
iglesia y Estado en los modernos estados europeos.
La conclusión sería que
para Feyerabend no existe un auténtico método científico, lo que existe es la
subjetividad del científico. La única regla que sobrevive es el principio todo vale.
Este principio, nos
define la libertad, que para Feyerabend tiene un sentido negativo, al
entenderla como ausencia de restricciones.